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Protección contra incendios en parkings y garajes subterráneos

Los parkings y garajes subterráneos representan uno de los espacios más desafiantes en materia de protección contra incendios. La combinación de espacios confinados con ventilación limitada, alta densidad de vehículos con cargas de fuego significativas y dificultades inherentes para la evacuación y la intervención de emergencia, convierte estos recintos en entornos de riesgo elevado que exigen soluciones especializadas de protección.

Características específicas del riesgo de incendio en parkings

Los incendios en parkings subterráneos presentan particularidades que los diferencian radicalmente de otros tipos de siniestros. Un vehículo en combustión puede generar temperaturas superiores a 1.000°C en cuestión de minutos, produciendo enormes cantidades de humo tóxico y gases letales como monóxido de carbono, cianuro de hidrógeno y otros compuestos resultantes de la combustión de plásticos, tapicerías y componentes electrónicos.

La propagación del incendio en parkings ocurre tanto por radiación térmica hacia vehículos adyacentes como por la caída de materiales incandescentes y la conducción de calor a través de elementos estructurales. Un único vehículo ardiendo puede iniciar una reacción en cadena que afecte a múltiples vehículos en minutos, generando una carga térmica masiva difícil de controlar.

La configuración espacial de los parkings subterráneos agrava considerablemente el riesgo. Los espacios confinados impiden la disipación natural del calor y el humo, que tiende a estratificarse bajo el forjado superior, reduciendo rápidamente la visibilidad y la calidad del aire. Las rutas de evacuación suelen ser limitadas y pueden verse comprometidas rápidamente por el humo, mientras que el acceso de equipos de emergencia resulta complejo debido a las dimensiones reducidas, giros cerrados y limitaciones de altura.

Marco normativo aplicable

La protección contra incendios en parkings y garajes se regula mediante un conjunto de normativas nacionales y europeas que establecen requisitos mínimos de seguridad. El Código Técnico de la Edificación, en su Documento Básico SI (Seguridad en caso de Incendio), dedica específicamente el apartado SI 1 al uso aparcamiento, diferenciando según la superficie, ubicación y características del recinto.

El CTE DB-SI establece clasificaciones según el riesgo: aparcamientos robotizados (bajo riesgo al no haber ocupación humana), aparcamientos para menos de 5 vehículos (exigencias mínimas), y aparcamientos de mayor capacidad que requieren medidas progresivamente más estrictas. Los aparcamientos subterráneos están sujetos a requisitos especialmente rigurosos debido a sus condiciones de confinamiento.

La resistencia al fuego de la estructura debe garantizar la estabilidad durante el tiempo necesario para la evacuación e intervención. Los elementos estructurales principales deben alcanzar resistencias R-120 o R-90 según la superficie del sector de incendio. Los elementos de compartimentación que delimitan sectores de incendio o zonas de riesgo especial deben cumplir clasificaciones EI que garanticen integridad y aislamiento térmico.

Las Ordenanzas Municipales de cada ayuntamiento pueden establecer requisitos adicionales más exigentes que la normativa nacional, especialmente en grandes ciudades donde la densidad de aparcamientos subterráneos es elevada. Es imprescindible verificar la normativa local aplicable en cada ubicación específica.

Sistemas de detección y alarma específicos

La detección temprana constituye el primer eslabón crítico en la cadena de protección de parkings subterráneos. Sin embargo, las condiciones ambientales de estos espacios plantean desafíos específicos para los sistemas convencionales de detección.

Los detectores ópticos de humo tradicionales pueden generar falsas alarmas debido a la presencia habitual de gases de escape, polvo y partículas en suspensión. Por ello, los sistemas modernos para parkings emplean tecnologías específicamente diseñadas para estos entornos.

Detección mediante aspiración (ASD): estos sistemas aspiran continuamente aire de múltiples puntos mediante una red de tubería con orificios de muestreo. El aire aspirado se analiza en una unidad central mediante tecnología láser de alta sensibilidad capaz de discriminar entre partículas de combustión y contaminantes ambientales normales. Los sistemas ASD ofrecen detección muy temprana y reducen drásticamente las falsas alarmas.

Detección lineal de calor: cables sensores que detectan incrementos de temperatura a lo largo de toda su longitud resultan especialmente apropiados para instalación en bandejas de cables, zonas de equipamiento técnico o áreas donde se prevean incrementos térmicos localizados. Su robustez y fiabilidad los hace idóneos para entornos exigentes.

Detectores multisensor inteligentes: combinan múltiples tecnologías (óptica, térmica y análisis de gases) con algoritmos de procesamiento que reducen falsas alarmas mientras mantienen alta sensibilidad de detección. Estos dispositivos se adaptan automáticamente a las condiciones ambientales del parking.

La distribución de detectores debe considerar los efectos de estratificación del humo, instalando dispositivos tanto en zonas altas como en alturas intermedias. Los pulsadores manuales de alarma deben ubicarse en las rutas de evacuación, junto a salidas y en puntos de fácil acceso desde cualquier zona del aparcamiento.

Sistemas de extinción automática

La extinción automática mediante rociadores constituye la medida de protección activa más eficaz en parkings subterráneos. La normativa española exige rociadores automáticos en parkings cerrados de más de 500 m² de superficie, aunque muchas ordenanzas municipales establecen umbrales inferiores.

Rociadores húmedos convencionales: el sistema más común utiliza rociadores de respuesta rápida con bulbos térmicos calibrados típicamente a 68°C o 93°C según las condiciones ambientales. Estos rociadores se instalan con densidad de descarga calculada según el nivel de riesgo, generalmente 5 mm/min para parkings de riesgo ordinario.

La red de tuberías debe diseñarse garantizando caudal y presión suficientes para la simultánea operación del número de rociadores establecido en el cálculo hidráulico, típicamente entre 12 y 20 rociadores según la configuración. El suministro de agua puede provenir de la red municipal con grupo de presión o de depósitos dedicados con capacidad para la duración de descarga especificada.

Sistemas de diluvio para rampas: las rampas de acceso plantean desafíos específicos debido a su pendiente y posibilidad de propagación del fuego. Los sistemas de diluvio, que descargan simultáneamente agua por todos los rociadores de una zona al recibir señal de detección, resultan especialmente eficaces para crear cortinas de agua que impidan la propagación.

Sistemas de niebla de agua: en parkings donde exista riesgo de daños por agua a equipamiento sensible o en aparcamientos robotizados, los sistemas de niebla de agua de alta presión ofrecen extinción eficaz con consumos de agua drásticamente reducidos. Estos sistemas generan gotas microscópicas que absorben calor eficientemente mientras minimizan daños colaterales.

Sistemas de control de humos

El control de humos en parkings subterráneos resulta crítico tanto para la evacuación segura de ocupantes como para facilitar la intervención de equipos de emergencia. El humo y los gases tóxicos constituyen la principal causa de víctimas en incendios de parkings.

El CTE DB-SI exige sistemas de control de humos en parkings cerrados que superen determinados umbrales de superficie. Estos sistemas deben garantizar la extracción de humos y gases de combustión manteniendo las rutas de evacuación libres de humo durante el tiempo necesario para la evacuación completa.

Ventilación natural: en parkings con posibilidad de aberturas al exterior, la ventilación natural mediante huecos dimensionados adecuadamente puede resultar suficiente. Las aberturas deben ubicarse estratégicamente en zonas altas (extracción de humos calientes) y bajas (entrada de aire fresco), con superficies calculadas según normativa.

Ventilación mecánica de impulso-extracción: el sistema más común en parkings subterráneos emplea ventiladores extractores instalados en conductos o en cubierta que extraen aire viciado, combinados con ventiladores de impulso (jet-fans) que dirigen el flujo de aire hacia los puntos de extracción. Los jet-fans, estratégicamente ubicados, crean corrientes de aire que empujan el humo hacia los extractores evitando su estratificación.

El diseño del sistema debe contemplar diferentes escenarios de incendio mediante simulaciones CFD (Computational Fluid Dynamics) que verifiquen la eficacia en condiciones reales. El sistema debe mantener las velocidades de aire adecuadas: suficientes para controlar el humo pero no tan elevadas que dificulten la evacuación o alimenten el incendio.

Los sistemas de control de humos deben integrarse con la detección de incendios activándose automáticamente ante señal de alarma. Deben contar con alimentación eléctrica de emergencia que garantice su funcionamiento durante la totalidad de la evacuación e intervención.

Señalización y alumbrado de emergencia

La señalización fotoluminiscente y el alumbrado de emergencia adquieren importancia crítica en parkings subterráneos donde la iluminación normal puede fallar rápidamente en caso de incendio y el humo puede reducir drásticamente la visibilidad.

Las señales de evacuación deben marcar claramente las rutas hacia todas las salidas disponibles, instalándose a alturas apropiadas y con densidad suficiente para que siempre sea visible al menos una señal desde cualquier punto. Las señales deben cumplir normativa UNE sobre fotoluminiscencia garantizando visibilidad en total oscuridad.

El alumbrado de emergencia debe proporcionar iluminación suficiente en rutas de evacuación, salidas y junto a equipos de protección contra incendios. Los niveles de iluminación mínimos establecidos por normativa varían entre 1 lux en rutas de evacuación y 5 lux en puntos singulares. La autonomía mínima exigida es de 1 hora aunque se recomienda 2 horas para parkings de gran superficie.

Las señales luminosas de salida con alimentación permanente y respaldo de baterías ofrecen máxima visibilidad incluso en condiciones de humo denso. Los sistemas de iluminación direccional mediante balizas LED instaladas a baja altura resultan especialmente eficaces cuando el humo estratificado impide ver señalización elevada.

Equipos manuales de extinción

Pese a la importancia de los sistemas automáticos, los medios manuales de extinción constituyen la primera línea de defensa y pueden resultar decisivos para controlar conatos antes de que evolucionen a incendios graves.

Extintores portátiles: el CTE exige una dotación de extintores calculada según superficie, con extintores de eficacia mínima 21A-113B distribuidos de modo que el recorrido real desde cualquier punto hasta un extintor no supere 15 metros. Para parkings se recomiendan extintores de polvo ABC de 6 kg o CO₂ para fuegos de origen eléctrico.

Los extintores deben instalarse en soportes visibles, señalizados y accesibles, preferentemente junto a salidas, pulsadores de alarma y rutas de evacuación. La altura de instalación debe facilitar su uso: maneta a máximo 1,70 metros del suelo.

Bocas de incendio equipadas (BIEs): en parkings de más de 500 m² se requiere instalación de BIEs de 25 mm. Estas mangueras semirrígidas conectadas permanentemente a la red de abastecimiento permiten intervención rápida mientras llegan los bomberos. Las BIEs deben distribuirse garantizando que la totalidad del parking queda cubierto por el alcance de dos BIEs funcionando simultáneamente.

Formación y planes de autoprotección

Los mejores sistemas técnicos resultan insuficientes sin personal formado y procedimientos establecidos. Los parkings deben disponer de Plan de Autoprotección que identifique riesgos, establezca medidas preventivas, defina organización de emergencia y contemple procedimientos de actuación ante incendio.

El personal que trabaja habitualmente en el parking (personal de control, seguridad o mantenimiento) debe recibir formación específica sobre uso de equipos de protección contra incendios, procedimientos de evacuación y comunicación con servicios de emergencia. Los simulacros periódicos permiten verificar la eficacia del plan y familiarizar al personal con sus funciones en emergencia.

Mantenimiento específico en parkings subterráneos

Las condiciones ambientales de parkings subterráneos (humedad, gases de escape, polvo) aceleran el deterioro de equipos de protección contra incendios. El mantenimiento periódico riguroso resulta imprescindible para garantizar la operatividad de los sistemas.

Los sistemas de detección requieren limpieza frecuente de detectores para evitar acumulación de polvo que cause falsas alarmas o reducción de sensibilidad. Los rociadores deben inspeccionarse verificando ausencia de obstrucciones, corrosión o daños mecánicos. Los sistemas de ventilación requieren verificación de funcionamiento de ventiladores, integridad de conductos y operatividad de compuertas cortafuego.

La documentación del mantenimiento debe conservarse actualizada incluyendo certificados de intervenciones, incidencias detectadas y acciones correctivas implementadas. Esta documentación resultará imprescindible ante inspecciones oficiales y reclamaciones de seguros.

La protección contra incendios en parkings y garajes subterráneos exige un enfoque integral que combine detección temprana, extinción automática eficaz, control de humos robusto y medios de evacuación seguros. La complejidad técnica de estos sistemas requiere diseño especializado, instalación profesional y mantenimiento riguroso.

En Naes PCI contamos con amplia experiencia en protección de parkings subterráneos, desde aparcamientos residenciales hasta grandes instalaciones comerciales. Nuestro equipo de ingenieros diseña soluciones personalizadas que cumplen estrictamente la normativa mientras optimizan costes y maximizan la seguridad.

La protección de parkings subterráneos no admite improvisaciones. Confíe en profesionales especializados para garantizar la seguridad de usuarios, vehículos e instalaciones.

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